El significado de la victoria en los Juegos de Olimpialos vencedores olímpicos

  1. Durántez, Conrado
Supervised by:
  1. Manuel Abilio Rabanal Alonso Director

Defence university: Universidad de León

Fecha de defensa: 17 February 2011

Committee:
  1. José María Blázquez Martínez Chair
  2. Santiago Castellanos García Secretary
  3. Manuel Vitoria Ortiz Committee member
  4. María José Martínez Patiño Committee member
  5. Julio César Legido Arce Committee member

Type: Thesis

Abstract

Para poder calibrar con exactitud, el valor, significado y trascendencia de la victoria en los agones de Olimpia, forzoso es considerar la evolución lenta e inexorable de la institución que se produce a lo largo del dilatado espacio de doce siglos (776 a.C. a 392) y que evoluciona desde un agonismo espiritual y litúrgico a una práctica totalmente profesionalizada, materialista y frecuentemente corrupta. En su nebulosos inicios, el rito engendra el agon y al gran dios nacional, padre de dioses y hombres que importaron como gran jerarca del panteón los belicosos dorios con su invasión en el s. XII a. C. se le rendirá reverencial tributo con pira sacrificial en donde son quemados los ex votos que los peregrinos portan en sus periódicas concentraciones en el Valle de Olimpia. Una carrera, habrá de decidir a quien le corresponde el honor de alumbrar la gran hoguera y es sí, como la pugna agonal entra en el campo de lo religioso y genera los Juegos y la corta e inicial carrera del Estadio guardará derecho de primogenitura en la computación cronológica de las Olimpiadas y su vencedor será el epónimo de cada edición. En el alborear de estos festivales agónico-litúrgicos, se ha producido ya el tránsito de la confrontación cruenta contenida en los poemas homéricos en los que el vencedor mata al vencido y se apodera de sus pertenencias, al enfrentamiento pacífico sometido a normas por la que es glorificado el vencedor pero también es respetado al vencido sobre todo cuando ha luchado noblemente. La gran cultura griega, madre de la occidental, nos legará así una de sus grandes aportaciones benéficas a la evolución de la humanidad: el deporte