Inertización y promoción del reciclado de restos pastosos de fuel mediante mezclado con encalantes, cenizas y lodos

Resumen

El hundimiento del buque Prestige en noviembre de 2002 generó un vertido de miles de toneladas de fuel. Las características físicas del residuo pastoso de fuel complicaron el manejo del mismo y la gestión del siniestro, tanto durante las labores de limpieza como también con posterioridad, de tal modo que hasta fechas relativamente recientes se mantuvo almacenado, en su mayoría, en balsas a la espera de alguna solución viable. Por otra parte, el desarrollo industrial es responsable de la generación de crecientes cantidades de residuos de muy variado origen y para los que se requiere una adecuada gestión en cumplimiento de la cada vez más exigente regulación medioambiental. Las técnicas de mezclado y estabilización de residuos, combinando las proporciones adecuadas de fuel con productos residuales de origen industrial como cenizas finas de combustión maderera, lodos parcialmente deshidratados procedentes de actividades mineras de extracción de pizarras o lavado de piedra calcárea, o también encalantes, se mostraron efectivas en la inertización física del residuo de fuel, en base a percepciones organolépticas, obteniendo productos estabilizados como sólidos compuestos por partículas pulverulentas o agregados, fácilmente manejables y almacenables, con una considerable disminución de olores desagradables y la eliminación del recubrimiento oleoso y del comportamiento adherente del residuo de fuel original, permitiendo una manipulación y almacenamiento más seguros. Adicionalmente, las técnicas de mezclado se mostraron efectivas en la reducción en primera instancia de la concentración de la práctica totalidad de los hidrocarburos aromáticos policíclicos individuales, con una disminución del 37% sobre la suma de los principales HAPs analizados. La inclusión adicional de alguno de los materiales empleados en este trabajo, y especialmente de una combinación de lodos de EDAR y cenizas de combustión de madera, sobre las mezclas de fuel inertizado, permitió la obtención de nuevas combinaciones (mezclas idóneas finales), también inertizadas, con una carga importante y equilibrada de nutrientes, similar a la de un sustrato de fertilidad media-elevada, y ausencia o reducida presencia de metales pesados, siendo los más problemáticos Cd, Zn, Mn, Hg y Cu. Sin embargo, el contenido de hidrocarburos totales o aromáticos del petróleo siguió siendo considerable, limitando claramente los usos del material. Los resultados de un ensayo de crecimiento de vegetación en FITOTRÓN sobre las mezclas de fuel inertizado, al ser utilizadas solas o combinadas con otros materiales, ofrecieron algunos de los mayores rendimientos para la mezcla final idónea B, formada por residuo pastoso de fuel (8%), lodos de pizarra parcialmente deshidratados (30%), óxido de calcio de CEDIE S.A. (5%), cenizas de combustión maderera de FIBRANOR (36%) y lodos de estación depuradora de aguas residuales (21%) (refiriéndose todos los porcentajes a peso seco de cada material), lo que conjuntamente con las menores concentraciones de hidrocarburos totales y sus niveles de fertilidad y toxicidad permitieron seleccionar a esta mezcla como la más apropiada. Períodos de almacenaje de hasta 365 días de la mezcla final idónea B supusieron una reducción del pH, mineralización del N orgánico y de la M.O. y la reducción de las formas asimilables de la mayor parte de los elementos, probablemente a consecuencia de fenómenos de mineralización, oxidación y carbonatación. Paralelamente, el C y un importante número de HAPs sufrieron un incremento generalizado de sus concentraciones. La aplicación de la mezcla final idónea B sobre diferentes sustratos evidenció una cesión al agua, en experimentos con columnas o en parcelas de campo, con incrementos del pH, de la C.E. y de la D.Q.O., y de nutrientes como el Na, K, Ca, Mg y P, y de algunos metales pesados tales como Ni, Cu, Pb, Zn, Co y Cr. En la experiencia en campo también se registraron incrementos de los niveles de sólidos en suspensión, del amonio y del nitrógeno. La magnitud de los cambios tuvo una clara relación con la dirección seguida por el flujo de agua (horizontal en la simulación de tormenta, o vertical en la otra experiencia en columnas) y la capacidad amortiguadora del material introducido en las columnas. Con la excepción de la D.Q.O., el resto de parámetros analizados en las aguas generadas en las distintas experiencias -incluyendo HAPs- presentaron valores que permitieron el cumplimiento de normativas tan exigentes como la del Real Decreto 140/2003 por el que se establecen los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano, la Orden de 11 de mayo de 1988 del MOPU sobre características básicas de calidad que deben ser mantenidas en las corrientes de agua superficiales cuando sean destinadas a la producción de agua potable, o en última instancia el Real Decreto 849/1986 del 11 de Abril de 1986 por el que se desarrolla la normativa concerniente a los vertidos de aguas a cauces públicos. Si bien algunos niveles de determinados parámetros excedieron los límites legales cuando se utilizaron dosis elevadas, se puede concluir que las técnicas de mezclado y los materiales seleccionados favorecieron claramente la inertización del residuo pastoso del fuel, y que permitieron también constituir materiales que, utilizados en combinación con los sustratos receptores y en aplicación de criterios agronómicos adecuados, se presentan como una alternativa para recuperar entornos degradados (como por ejemplo escombreras de mina), facilitando la revegetación de esas zonas y al mismo tiempo la gestión de residuos, sin que ello implique un riesgo agudo de contaminación de masas de agua.