Bilingüismo y enseñanza bilingüeestudio de las interferencias entre castellano y gallego

  1. MARTÍNEZ RIAL, Mª ALEJANDRA
Dirixida por:
  1. María Rosa Pérez Rodríguez Director

Universidade de defensa: Universidade de Vigo

Fecha de defensa: 05 de febreiro de 2016

Tribunal:
  1. José Luis Blas Arroyo Presidente/a
  2. Joaquín Sueiro Justel Secretario/a
  3. Ana María Cestero Mancera Vogal
Departamento:
  1. Lingua española

Tipo: Tese

Teseo: 390774 DIALNET

Resumo

En las comunidades donde conviven dos o más lenguas, es habitual que en el habla y la escritura de los habitantes se aprecien influencias o interferencias mutuas entre las lenguas. En el caso de Galicia, como en otros, la existencia de estas influencias es obvia para cualquier observador externo y es motivo de atención para el profesorado de ambas lenguas. Cuando en los años 90 el estatus de la lengua gallega cambió de manera sustancial en la educación primaria y secundaria, ya que pasó de ser una asignatura (una segunda lengua) a ser lengua vehicular de cierto número de asignaturas1, surgieron algunas voces alarmadas que sostenían que recibir educación en dos lenguas confundiría al alumnado, que no conseguiría alcanzar un dominio aceptable de ninguna de ambas. En particular, se extendió por ciertos sectores de la población la creencia de que nuestro alumnado, educado en este sistema bilingüe, tendría un nivel deficiente en lengua castellana, en comparación con sus coetáneos de las comunidades monolingües. Considerar las ventajas o inconvenientes de una educación bilingüe únicamente desde la perspectiva lingüística y, más concretamente, desde la perspectiva del dominio que el alumnado alcance en una de las lenguas parece, de entrada, un enfoque limitado. Con todo, nuestra suposición inicial era que, incluso vista desde ese enfoque limitado, la situación podía ser justamente la contraria. Nos parecía razonable pensar que el castellano de las alumnas y alumnos manifestaría más rasgos propios del gallego precisamente porque no tenían suficiente conocimiento de esta última lengua; para decirlo de un modo simple, no sabían qué parte de lo que hablaban era gallego y qué castellano. Desde esta perspectiva, suponíamos que el sistema bilingüe beneficiaría al alumnado en el aprendizaje de las lenguas, ya que le permitiría mejorar su nivel en ambas. En consecuencia, en principio, los alumnos del sistema bilingüe deberían manifestar menos interferencias que los que tuvieron el gallego como mera asignatura y todos estos deberían mostrar menos interferencias que aquellos que nunca tuvieron ningún tipo de formación en gallego. Esta idea es el germen de este trabajo: queríamos comprobar si los datos confirman nuestra hipótesis. En un primer momento, nos propusimos analizar las posibles interferencias en ambas lenguas; finalmente, decidimos centrar nuestra visión en el castellano, por razones de volumen de trabajo pero también porque la situación de las dos lenguas es muy diferente y requiere de herramientas y perspectivas distintas. Como ya observó Fernández Rodríguez (1981), para valorar los sistemas educativos bilingües hay que tener en cuenta múltiples factores, entre ellos cuál es el objetivo del programa y cuál es la situación sociolingüística de los diferentes alumnos afectados. Así como el sistema bilingüe puede verse como adecuado para el perfeccionamiento del castellano, que es lengua dominante y omnipresente socialmente, tanto para los alumnos castellanohablantes como para los gallegohablantes, seguramente es insuficiente para una buena adquisición del gallego, que requeriría otro tipo de intervenciones. Nos proponemos, por lo tanto, en este trabajo, analizar mediante datos obtenidos a través de encuestas las interferencias del gallego en el castellano de los hablantes encuestados y comprobar si existe relación entre su formación (y también, entre otros factores, sus actitudes lingüísticas) y la cantidad y tipo de interferencias que observamos. Como explicaremos más adelante, nuestro estudio se basará sobre todo en datos obtenidos de grupos de escolares de 1º a 4º de la ESO y 1º de Bachillerato que contrastaremos con otros de generaciones anteriores.