La prociclicidad y la regulación prudencial del sistema bancario

  1. Deprés Polo, Mario
Dirixida por:
  1. Alfonso García Mora Director
  2. Emilio Ontiveros Baeza Director

Universidade de defensa: Universidad Autónoma de Madrid

Fecha de defensa: 19 de xullo de 2010

Tribunal:
  1. José Ramón Álvarez Rendueles Presidente/a
  2. Angel Bergés Lobera Secretario/a
  3. M. Pilar Cibrán Ferraz Vogal
  4. José Antonio Herce Vogal
  5. Manuel Antonio Espitia Escuer Vogal
  6. Vicente Salas Fumás Vogal
  7. Francisco José Valero López Vogal

Tipo: Tese

Resumo

En el estudio de las fluctuaciones en la actividad económica, una de las frases más célebres es la atribuida al economista francés del siglo XIX Clément Juglar, quien sostenía que la causa de la depresión es la prosperidad. Esta afirmación engloba dos elementos que van a resultar claves en este estudio. El primero de ellos es que, como los elementos que desatan las depresiones económicas se encuentran en las fases de prosperidad, se va a producir una continua sucesión de fases de crecimiento y contracción económica. Es decir, va a existir un ciclo económico. La existencia del ciclo económico es algo que resulta obvio en los años siguientes a una crisis económica, pero ese convencimiento se va diluyendo con el tiempo, de forma que cuando han transcurrido varios años desde la última contracción, los agentes se olvidan de su existencia, e incluso afirman que los desarrollos económicos han dado lugar a la desaparición definitiva de los ciclos. El hecho de que la historia haya demostrado una y otra vez que esa creencia es errónea no es óbice para que, en cada periodo expansivo, los agentes vuelvan a proclamar la superación del ciclo. El otro elemento que puede extraerse de la afirmación de Juglar es que las causas que llevan a que esa sucesión de ciclos se repita indefinidamente deben buscarse entre los comportamientos de los agentes económicos durante las fases de expansión. Ese convencimiento de que no volverá a producirse una crisis económica lleva a los participantes en el mercado a obrar en consecuencia, de forma que su concepción equivocada de la situación económica da lugar a la formación de una serie de desequilibrios que acabarán materializándose en la siguiente contracción económica. Al analizar esos comportamientos que fomentan la existencia de los ciclos es preciso prestar especial atención al sistema financiero y, dentro de él, al sector bancario. El papel de las entidades de crédito como impulsoras de la actividad económica hace que en la medida en que sean conscientes o ignoren la existencia del ciclo, éste se presente con menor o mayor fuerza. A lo largo de este estudio se van a considerar las diferentes vías por las que el sector bancario influye en el carácter cíclico de la actividad económica, identificando dos puntales en ese comportamiento cíclico: el propio funcionamiento de la actividad bancaria, y la regulación establecida sobre ese sector. En cuanto a este segundo elemento, debe tenerse en cuenta que el sistema financiero actúa sobre un equilibrio que muchos autores han definido como extremadamente frágil. Dado que una crisis del sistema bancario acarrea consecuencias mucho más graves que las de cualquier otro sector de la actividad económica, en todos los países desarrollados existe un supervisor que vela por la estabilidad financiera y establece una serie de normas, conocidas como regulación prudencial, que tienen como objetivo garantizar la solvencia de las entidades financieras a su cargo.