Num encontro às cegas com a violência? contributos da psicologia feminista crítica para a compreensão da violência no namoro nas culturas juvenis

  1. Castro Forte, Ana
Dirixida por:
  1. Yolanda Rodríguez Castro Director
  2. María Lameiras Fernández Co-director

Universidade de defensa: Universidade de Vigo

Fecha de defensa: 24 de setembro de 2020

Tribunal:
  1. Carlos Miguel Clemente Díaz Presidente/a
  2. María Victoria Carrera Fernández Secretaria
  3. José Antonio Fuertes Martín Vogal
Departamento:
  1. Análise e intervención psicosocioeducativa

Tipo: Tese

Resumo

En pleno siglo XXI nunca ha sido tan importante estudiar las transformaciones sociales generadas por el acceso a Internet y a los dispositivos tecnológicos como los teléfonos móviles, ordenadores o tablets ya que ofrecen nuevas oportunidades para la comunicación, el aprendizaje, el trabajo y la socialización. De forma que es esencial profundicar en el conocimiento de su impacto en relaciones sociales de género sobre las relaciones de intimidad juvenil desde una perspectiva de análisis feminista. Varios de los cambios generados se producen con tal rapidez que habitualmente los percibimos vertiginosamente, sin tener tiempo para reflexionar cuidadosamente acerca de sus potencialidades y riesgos. Viéndonos, en algunas circunstancias, privados/as de opciones alternativas que garanticen simultáneamente igualdad de acceso a las oportunidades así como a la información. El escenario digital influye también en el desarrollo de niños, niñas y jóvenes, que nacidos/as en el auge de Internet y de las múltiples opciones tecnológicas, las valoran muy positivamente (Ricoy, Feliz, & Sevillano, 2010) incluso considerando difícil de imaginar su día a día sin ellas, siendo frecuente encontrar manisfestaciones en las que expresen malestar o ansiedad, cuando no se les permite acceder a estos dispositivos, a las redes sociales o a otros espacios de entretenimiento virtual (Alonso, Rodríguez, & Fernández, 2017). El rápido y precoz acceso de los niños, niñas y adolescentes a las tecnologías de la información y de la comunicación no tiene precedente en la historia de la innovación tecnológica (Garmendia, Garataonandia, Martínez, & Casado, 2011). A pesar de que habitualmente son denominadas nuevas tecnologías, se puede afirmar que las tecnologías de la información y la comunicación ya no son tan recientes porque han formado parte del nacimiento y de la generación de jóvenes Generación Z, siendo esta generación de adolescentes, los y las protagonistas en esta tesis doctoral. De forma que las tecnologías de la información y la comunicación han tenido una influencia generalizada en su proceso de crecimiento y desarrollo, ya que habitualmente se les considera la generación digital (Garikapati, Pendyala, Morris, Mokhtarian, & McDonald, 2016). Una realidad que ha impulsado la búsqueda de investigaciones sobre el impacto de las tecnologías y los entornos virtuales en la socialización y las experiencias adolescentes (Fernández, 2011). Es incuestionable la influencia de la era digital en todas las esferas de la vida humana, y la sexualidad no constituye una excepción. No obstante, si por un lado Internet y las tecnologías proporcionan oportunidades únicas relacionadas con las posibilidades de interacción social, del aumento de la información y del conocimiento de la diversidad sexual; por el otro, se constituye un espacio de normalización de la violencia y de la objetivización del cuerpo de las mujeres. Así, inscritas en un amplio repertorio conductual situado en la intersección entre las tecnologías y la sexualidad emergen los comportamientos de sexting, a veces motivados por la curiosidad y otras veces, por la familiaridad de los/as jóvenes con las tecnologías. A pesar de que las conductas de sexting constituyen nuevas formas de expresar y vivenciar la sexualidad, estos comportamientos pueden aumentar el riesgo de violencia sexual online en función a las circunstancias en las que se inician, debido a la existencia de presiones o coacciones para enviar contenidos sexuales o colocarles, posteriormente, en situaciones de chantaje, hostigamiento o acoso online. El conjunto de Literatura emergente sobre estos comportamientos alerta sobre su naturaleza generalizada, revelando que son las mujeres y las jóvenes las que tienen un mayor riesgo de victumización sexual online derivado de su implicación en conductas de sexting. Dando los primeros pasos en Portugal, la investigación sobre el abuso digital en las relaciones de parejas adolescentes es inicipiente. De igual manera, también los estudios sobre los comportamientos de sexting, tanto en la población adulta como en la de jóvenes, actualmente están despertando interés en la comunidad académica, revelándose cada vez más la necesidad de estudios que permitan ofrecer conocimientos y estrategias preventivas para combatir la violencia digital en las relaciones de pareja de adolescentes, en especial la violencia sexual online. Además, la producción de conocimientos sobre estos temas, también se relaciona con las prácticas derivadas de una cultura de prevención que se habría desarrollado durante un periodo demasiado largo, frágil o prácticamente inexistente (Matos, 2006) y, todavía hoy, poco relacionado con las diferentes estrategias de abuso, como la violencia sexual (Caridade & Machado, 2013). Siendo necesario impulsar el estudio y la deconstrucción de la violencia sexual en la población más joven frente a una realidad caracterizada por la falta de investigaciones y la urgente necesidad de aumentar el interés y la inversión científica sobre esta tipología específica de violencia (Caridade & Machado, 2008). Dentro del camino que hay que recorrer para ampliar la comprensión de este fenómeno y las transformaciones histórico-culturales a las que está sujeto, se pone de manifiesto que en materia de violencia en las relaciones de parejas adolescentes que los estudios cualitativos o de naturaleza multimétodo siguen siendo escasos. Así, la producción de conocimiento desde los discursos y los significados adolescentes sobre las vivencias en las relaciones de parejas adolescentes es todavía poco frecuente, destacando solo algunas investigaciones de naturaleza cualitativa en Portugal (Caridade, 2011; Dias, Manita, Gonçalves, & Machado, 2012; Neves & Torres, 2015). Teniendo en cuenta este enfoque, la presente tesis doctoral pretende estudiar el fenómeno de la violencia en las relaciones de parejas adolescentes, tanto perpetrado cara a cara como en su trasposición en el contexto digital, también denominada Cyber Teen Dating Violence. Colocando el discurso adolescente en el centro de la producción de conocimiento científico sobre las problemáticas sociales de género que afectan cotidianamente a los/as más jóvenes. Para ello, optamos de un punto de partida epistémico anclado en la psicología Feminista Crítica para amplificar las voces de los y las jóvenes, especialmente de las chicas, en la comprensión de la violencia en las relaciones de parejas adolescentes. Esta tesis de doctoral tiene como objetivos generales: analizar la caracterización de las dinámicas de violencia en las relaciones que tienen lugar en el cara a cara o a través de los medios digitales; explorar el papel de las tecnologías en las relaciones de parejas adolescentes; y, analizar los comportamientos de sexting adolescente. Para ello, se ha recurrido a una metodología multimétodo que combina la dimensión cuantivativa a través de la administracion de cuestionarios sobre los mitos del amor, el sexismo ambivalente, los conocimienos sobre la violencia en las relaciones de pareja de adolescentes, las actitudes hacia la violencia de pareja adolescente, los comportamientos de sexting y las actitudes hacia el sexiting, y la dimensión caulitativa a través de focus group centrados en los temas de relaciones sociales de género, relaciones de intimidad juvenil y las tecnologías, la violencia en las relaciones de pareja adolescentes y los comportamientos de sexting. En el estudio cuantitivo han participado 169 jóvenes, 77 chicas y 92 chicos, con edades comprendidas entre los 13 y los 18 años del norte de Portugal, de los/as cuales 77 son alumnado de Educación Secundaria y 91 de Formación Profesional. En el estudio cualititativo, finalmente, participan 143 adolescentes (del estudio cuantitativo), 62 chicas y 81 chicos. Se llevaron a cabo un total de 18 focus groups (FG), de los cuales 4 FG fueron solo de chicas, 7 FG fueron de chicos y los 7 restastes FG fueron mixtos. Todos los focus group tuvieron una duración de aproximadamente de 45 minutos. El tratamiento de datos cuantitativos fue realizado con el programa de análisis estadístico SPSS, versión 24 para Mac, y el tratamiento de datos cualitativos se llevó a cabo con el programa informático ATLAS.ti v.7 para organizar los discursos de los focus group en categorías y subcategorías de análisis. Los principales resultados de esta investigación sugieren que la Cyber Teen Dating Violence presenta dinámicas similares a las ya estudiadas en la violencia de las relaciones de parejas adolescentes perpetrada cara a cara y que la violencia de género traspasa las actividades e interacciones establecidas a través de los dispositivos tecnológicos, revelándose la presencia de estereotipos de género, mitos de amor romántico y actitudes de tolerancia y legitimación frente a comportamientos abusivos que sustentan a las desigualdades de género entre chicas y chicos. A pesar que la mayoría de los/as participantes expresa no tener experiencia de situaciones de violencia en sus relaciones de pareja, suelen percibir numerosos comportamientos violentos en sus relaciones afectivas como algo normalizado y cotidiano en su día a día. Con respecto a las causas de violencia en las relaciones de parejas adolescentes, los/as participantes identifican sobre todo cuestiones intrapersonales. También se constató que identifican diferentes tipologías de violencia, considerando la violencia verbal como la más frecuente en su grupo etario y la violencia psicológica como el tipo más invisible, sin embargo, con mayor impacto y consecuencias negativas. Las conductas de control (como por ejemplo, de salir de noche, de vigilar el teléfono móvil, o incluso controlar la ropa que se pone su pareja) no siempre se reconocieron como comportamientos abusivos, siendo habitualmente asociados por los/as jóvenes como preocupación, desconocimiento, celos y desconfianza. Este patrón de comportamiento es muy similar entre chicos y chicas, y está en línea con los resultados que no muestran diferencias de género en relación al nivel de conocimientos sobre la violencia en las relaciones de parejas adolescentes. Teniendo en cuenta las concepciones del amor que emergen en las construcciones discursivas de los/as participantes, se ha constatado la existencia de los mitos del amor romántico, aunque también fue posible identificar, aunque en menor medida, discursos alternativos del amor basados en visiones de amor asociado a la pasión y de amor fraternal como compañeros. Conjuntamente, los resultados revelaron que son los chicos los más tolerantes con el mito de vinculación del amor con el maltrato que sus compañeras. No se han encontrado diferencias de género en relación a los niveles de tolerancia hacia la violencia de pareja y de tolerancia hacia la violencia física, y este tipo de violencia es, en opinión de los y las protagonistas, más frecuente en las parejas de mayores, ya que los/as participantes relataron situaciones conocidas en su grupo de iguales y además en sus argumentos, los chicos mostraron la naturalización de las conductas de abuso físico en sus propias relaciones, introduciéndolo como una práctica de juego y provocación que denominan "violencia amorosa". En cuanto a sus actitudes sexistas ambivalentes, se ha comprobado que tanto chicos como chicas muestran niveles elevados de sexismo benevolente muy similares, mientras que los chicos presentan un mayor nivel de sexismo hostil que sus compañeras. Además, el mayor nivel de sexismo hostil se asocia con las actitudes más tolerantes hacia la violencia de tipo psicológica. Otro de los resultados en los que se centra esta investigación analizar el acceso a Internet y el uso de dispositivos tecnológicos que tienen los y las adolescentes participantes. Se constata que la media de edad del primer acceso a Internet es de 8.88 años y que casi la totalidad de los/as participantes tuvieron acceso a Internet en los últimos 3 meses; además afirman acceder a Internet diariamente a través de su móvil, de su ordenador o de una tablet, siendo más de la mitad de los y las participantes los que afirman que pasan más de 3 horas diarias conectados a Internet. Los/as participantes también identificaron tanto los aspectos positivos como negativos de la utilización de las tecnologías en sus relaciones de pareja. Así, los principales aspectos positivos que aludieron fue la disminución de la distancia y la facilidad para compartir sentimientos y comunicarse con su pareja afectiva. Mientras que los aspectos negativos se relacionabam con la pérdida de confianza en la pareja, la normalización de los celos, las conductas de control y los desacuerdos entre los miembros de la pareja. Otro foco de atención de este estudio es analizar los comportamientos de sexting del colectivo adolescente participante. En relacion al fenómeno del sexting, se ha comprobado que varios/as adolescentes desconocían el término sexting, pero reconocían que la práctica de este comportamiento es frecuente en las relaciones de jóvenes. La mayoría de los/as informantes en sus argumentos identificaron a las chicas como las más activas en el envío de contenidos de sexting mientras que los chicos afirmaban que solicitaban a las chicas el envío de contenido erótico-sexual con la finaliad de provocar, promover un intercambio de contenidos y/o incentivarlas a que compartan sus fotografías íntimas. No obstante, los datos cuantitativos apuntan que son los chicos quienes más envían fotos y/o videos de contenido erótico a través de su teléfono móvil o de las redes sociales, Skype o equivalentes. En relación a las actitudes hacia el sexting, no se han encontrado diferencias en función del género en cuanto aquien considera el sexting como algo divertido o despreocupado. Sin embargo, se han encontrado diferencia de género en relación a la percepción del riesgo y a las expectivas relacionales. Son las chicas muestran una mayor percepción de los riesgos asociados a compartir contenidos erótico sexuales a través de internet que sus compañeros. Al contrario de lo esperado, son los chicos los que muestran mayores expectativas relacionales derivadas de la práctica del sexting que las chicas. También podemos destacar que el nivel de conocimiento sobre la violencia en las relaciones de parejas adolescentes correlaciona negativamente con la frecuencia de comportamientos de sexting, de forma que se comprueba que los/as participantes con menor conocimiento son los que más practican sexting. En cuanto a los principales motivos a los que aluden los y las participantes para el envío de sexts estarían el aumento de la popularidad, la diversión, el riesgo, el mantenimiento de la relación de pareja, o incluso afirmaron que les permite ejercer poder sobre la otra persona o llegar a chantajearla. En los argumentos de los y las adolescentes se ha detectado actitudes ambivalentes hacia la divulgación no autorizada de contenidos sexuales. Por un lado, se han identificado discursos de apoyo y de empatía hacia las víctimas de este tipo de contenidos y actitudes negativas hacia la persona que divulga los contenidos erótico-sexuales, especialmente si esta violación de la privacidad fue perpetrada en ámbito de la relación de pareja. Pero, también por otro lado, se han identificado otros argumentos moralmente punitivos sobre los comportamientos de las víctimas y al mismo tiempo, de desreponsabilización al autor/a que divulgara este tipo de contenidos. Analizando los casos de divulgación no consentida de contenidos erótico-sexuales que el colectivo de adolescentes relata se ha constatado su vinculación con dinámicas de chantaje y amenazas que se materializan en situaciones de sextorsion y revenge porn constituyendo simultáneamente situaciones de violencia sexual online. En todas las situaciones narradas, la víctima siempre fue una chica y el agresor fue su novio, su ex-novio o amigos del ex-novio. En este sentido, se puede afirmar que la violencia sexual online resultante de las conductas de sexting adolescente está genderizada y está respaldada, entre otros aspectos, en expectativas de género tradicionales y la presencia del doble rasero moral sexual en los comportamientos sexuales de chicos y chicas. A pesar de que los resultados de esta investigación han permitido alcanzar los objetivos planteados, deben considerarse algunas limitaciones en nuestro estudio. En primer lugar, el número de participantes en la dimensión cuantitativa del estudio fue considerablemente inferior al número de participantes esperado, comprometiendo la representatividad de la muestra y evidenciándose las dificultades para encontrar datos con significación estadística en términos de análisis comparativo y obteniendo sólo correlaciones moderadas. Respecto al procedimiento de recogida de datos, la conducta de los focus group con jóvenes que estaban en la misma clase puede haber influido, en cierta medida, en la espontaneidad de la información obtenida en la medida en que las características de las relaciones interpersonales previamente establecidas, podrían haber sido reflejadas en el debate, particularmente, respecto a las relaciones de poder, alianzas, rivalidades entre los/as participantes, así como en el nivel de contenido compartido, varias veces, retratando situaciones familiares para todas las personas presentes, excepto a la investigadora. Por lo tanto, en relación a los resultados obtenidos en esta investigación, en primer lugar, se recomienda que la prevención de la violencia en las relaciones de parejas adolescentes debe seguir centrándose en el trabajo con los/as jóvenes, tal y como se ha venido llevando a cabo en el contexto portugués. Ofreciendo flexibilidad y adaptaciones que permitan acompañar los cambios al nivel de los comportamientos afectivo-sexuales y contemplar diferentes reconfiguraciones en las relaciones de intimidad. Esta flexibilidad y adaptabilidad deberá ampliar las dinámicas afectivo-sexuales de los/as jóvenes, incluyendo otras denominaciones como andar, estar, quedar en la multiplicidad de vivencias íntimas adolescentes. Adicionalmente, se revela fundamental no desvalorizar estas configuraciones, reconociendo que también pueden estar basadas en la violencia de género y aumentar la conciencia de otras limitaciones que pueden surgir de visiones adultocéntricas, particularmente, los criterios de moralidad u otros juicios que pueden nublar la capacidad de apoyar a los/as jóvenes y educarlos/as para una vida libre de violencia. En segundo lugar, los dispositivos tecnológicos y la proximidad que ofrece Internet introducen nuevas dinámicas de interacción, algunas de ellas de naturaleza sexual, pudiéndose hasta facilitar la expresión emocional y la desinhibición. No obstante, el mundo virtual también abre un nuevo espacio a diferentes medios y nuevas vías para perpetrar la violencia online en las relaciones de parejas adolescentes, que en el nuevo plano digital pueden maximizar las consecuencias e impactos de la victimización. Teniendo en cuenta los resultados obtenidos en esta investigación, también se recomienda adaptar estrategias de prevención capaces de responder a esta transversalidad, adaptándose a los cambios introducidos por el uso de dispositivos tecnológicos y el acceso al espacio virtual. Estas adaptaciones requieren esfuerzos articulados de diferentes sectores. Por último, la mejor forma de estar preparados/as para los cambios constantes que guían las relaciones actuales y de intimidad, se refuerza la importancia de la acción conjunta entre escuelas, figuras parentales, servicios de internet y profesionales que trabajan con jóvenes. Teniendo en cuenta las opciones epistémicas, el posicionamiento feminista crítico ha demostrado ser un marco adecuado para promover la profundización del conocimiento sobre las percepciones adolescentes sobre la violencia en las relaciones de pareja en el cara a cara o perpetrada a través de los medios digitales. Destacar el papel que desempeñan las tecnologías en las relaciones de pareja así como la aparición de comportamientos afectivo-sexuales, todavía poco conocidos como el sexting en el contexto portugués, en cuanto a que han impulsado la investigación en un grupo social cuyo protagonismo en el diseño de políticas para combatir la violencia todavía es inconsistente y, dentro de este grupo, se ha buscado dar voz a los/as jóvenes y sus experiencias. En este sentido, la elección de una perspectiva interseccional ha contribuido a una mayor problematización de la interacción entre variables como el género y la edad, además de muchas otras que no han sido foco de atención de este estudio, como la clase social, el recorrido académico, la orientación sexual, la religión, etc. que influencian los recorridos de vida pautados por diferentes categorías identitarias que determinan una ubicación de mayor o de menor poder en los contextos sociales y culturales donde se desarrollan los/as participantes. Además, la elección de una metodología multimétodo, combinando métodos cuantitativos y cualitativos de recogida de datos, ha permitido eliminar la opacidad de los datos estadísticos y complementar la información con situaciones vividas o conocidas por los/as participantes y una captura más naturalista de sus discursos localizados socioculturalmente. Por ello, es necesario llevar a cabo más estudios de naturaleza mixta e incluso extender el estudio a otros grupos de personas que desempeñan papeles primordiales en la educación de los/as adolescentes como docentes, figuras parentales, profesionales del ámbito de la juventud y de áreas de protección de niños, niñas y jóvenes. También, se considera esencial, reforzar simultáneamente la necesidad de una mayor capacitación docente para la implementación de un modelo de educación sexual comprensiva e integral, holístico y con información rigurosa y de calidad que pueda responder a las necesidades reales y a las vivencias afectivo-sexuales adolescentes y de diversidad sexual. Esta formación requiere, al mismo tiempo, escuchar más sus opiniones e incorporarlas en la implementación contextualizada de estos contenidos. Adicionalmente, es esencial combinar la educación sexual y la educación digital, puesto que ambas son necesarias para una mayor seguridad de los y las adolescentes. Finalmente, consideramos importante fomentar la participación cívica y política de los/as jóvenes en materia de lucha contra la violencia de género, en particular la violencia en las relaciones de parejas adolescentes en todas las orientaciones sexuales para que sus opiniones puedan ser escuchadas, influir y tener responsabilidad en acciones que permitan abordar los temas que afectan a sus vidas. En este sentido, es crucial promover su participación a través de procesos y mecanismos de consulta para que también puedan protagonizar la delimitación y el establecimiento de prioridades de acción teniendo en cuenta la respuesta a sus necesidades. Además de esto, también consideramos importante la sensibilización de los decisores políticos respecto a la importancia de la toma de decisiones compartidas con los/as jóvenes y la creación de espacios de diálogo entre los poderes políticos y los/as jóvenes, ya que constituyen mecanismos que apuntalan la educación para la ciudadanía y para la participación juvenil a través del estímulo del pensamiento crítico y la iniciativa. No menos importante es la mirada atenta sobre la inclusión de jóvenes pertenecientes a grupos que pueden encontrarse con más o mayores barreras para la participación cívica y política, particularmente, jóvenes de contextos de riesgo con múltiples desafíos en diferentes esferas o de grupos socialmente invisibilizados tales como las mujeres jóvenes, migrantes o LGBTIQ+.