La influencia del hábitat sobre el votoEstudio comparado de Andalucía y Galicia

  1. BARREIRO CASTRO, LUIS
Dirigida per:
  1. Juan Jesús González Rodríguez Director/a

Universitat de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 09 de de desembre de 2022

Tribunal:
  1. Ricardo Martín de la Guardia President/a
  2. Carmen Lozano Cabedo Secretari/ària
  3. José Rúas Araújo Vocal

Tipus: Tesi

Teseo: 793475 DIALNET lock_openTESEO editor

Resum

En esta tesis se pretende, por un lado, detallar las diferencias en el comportamiento electoral en función del hábitat y, por otro, indagar en las posibles causas de estas. Para ello, se estudia si variables, que han sido recurrentes en los diversos estudios sobre el comportamiento electoral, como la edad, el género, la clase social, el nivel educativo, el sentimiento nacionalista o la ideología pueden dar cuenta de las diferencias observadas. Junto a ellas, también se incluye la población de los municipios como un factor explicativo de la brecha en el comportamiento electoral entre el medio rural y urbano. La constatación de que esta variable, por sí misma, pueda explicar parte de las diferencias observadas entre los distintos hábitats conduce a la búsqueda de las posibles causas de que el tamaño del grupo tenga importancia electoral, así como de su relación con el fenómeno clientelar ampliamente recogido en la bibliografía. 2. Desarrollo Para llevar a cabo la labor señalada, el trabajo se estructura en 8 apartados. Tras la introducción, en el segundo de ellos, se hace un breve repaso al marco teórico y conceptual que guía la investigación. Se hace hincapié, por su novedad, en los elementos teóricos y conceptuales que permiten, por una parte, diferenciar entre lo que se denomina el elector y el cliente, donde el primero sería aquel que actuaría movido por ofertas programáticas y el segundo el que lo hace por ofertas de carácter particular y, por otra, en las condiciones que permiten la transformación del primero en el segundo. Lo anterior permite establecer, desde un punto de vista teórico, el medio rural como un entorno propicio para la aparición de lo que se ha denominado clientes. En el tercer apartado, por su parte, se concretan las hipótesis, se explicitan las fuentes de datos utilizadas y se detalla la metodología empleada. En el cuarto apartado se estudian todos los procesos electorales celebrados en Andalucía y Galicia durante el periodo 2000-2020, detallando las diferencias en la participación electoral y en el sentido del voto observadas cuando se tiene en cuenta los distintos hábitats. El apartado quinto contiene, por una parte, el análisis de las causas de las diferencias electorales observadas entre hábitats en los dos apartados precedentes. Por otra, muestra la importancia del poder local en los resultados de las elecciones no municipales, además de proponer una serie de indicadores que permiten comparar esta influencia entre diversos territorios y momentos temporales. En el apartado sexto se estudia el caso de la provincia de Ourense con el fin de poder visualizar la relación entre el poder local, en los pequeños municipios, y la presencia de redes clientelares en el medio rural. El penúltimo apartado, por su parte, detalla las principales conclusiones que se pueden extraer del trabajo realizado y de los datos presentados. En el último de los apartados se relaciona la bibliografía empleada. 3. Conclusiones La investigación llevada a cabo en la tesis doctoral puede desglosarse en dos partes bien diferenciadas. En la primera de ellas, el trabajo realizado se centró en verificar la existencia de diferencias en el comportamiento electoral cuando se tiene en cuenta el hábitat. Los resultados obtenidos permiten afirmar la existencia de estas, tanto en la participación electoral como en el sentido del voto, en las elecciones celebradas en Andalucía y en Galicia, en las dos primeras décadas de este siglo. En lo referente a la participación electoral, se ha comprobado que en Andalucía, en todos los procesos electorales, la afluencia a las urnas disminuye al aumentar la población de los municipios, hasta llegar a los englobados en las categorías con una población superior a 100.000 habitantes, en los cuales es mayor siempre que en los municipios de la categoría anterior. Por su parte, en Galicia, salvo en las elecciones generales en las que es similar en todos los hábitats, esta disminuye a medida que aumenta la población de los municipios. Todo esto ha permitido establecer una relación, entre la participación y la población municipal, curvilínea en el caso andaluz y lineal en el gallego (Barreiro y González, 2021). En lo referente a las preferencias electorales, los datos permiten comprobar que el promedio de voto obtenido por los partidos predominantes (PSOE de Andalucía y PP de Galicia), en el periodo 2000-2020, decrece en todos los comicios (generales, autonómicos, municipales y europeos) a medida que aumenta la población del municipio. Esta tendencia solo se ve truncada en Andalucía en Sevilla capital, donde se observa una cierta recuperación del voto al Partido Socialista. En cualquier caso, la preponderancia del partido hegemónico en el medio rural de referencia es indiscutible. Esta situación implica que el porcentaje de voto de estas formaciones en estos entornos, en la mayoría de los casos, se sitúa por encima del 50%, a diferencia de lo que ocurre en los grandes núcleos de población, donde su apoyo electoral se cifra alrededor del 35%. Puesto que se ha partido de los datos de los diversos comicios celebrados, la afirmación de la existencia de diferencias electorales entre el medio urbano y el rural no deja lugar a dudas. La segunda parte de la investigación se centra en intentar investigar las posibles causas de las diferencias observadas en el comportamiento electoral cuando se tiene en cuenta el hábitat. Esta parte, a diferencia de la anterior, por su naturaleza, permite una amplia discusión de los resultados obtenidos y de su posible interpretación. Dentro de esta segunda parte, se recurrió a la regresión logística binaria y a la multinomial para poder establecer un elenco de causas que justificaran las diferencias electorales entre hábitats. Así la regresión logística binaria permitió identificar las siguientes variables explicativas, en lo relativo a la participación electoral: la edad, la ideología, el sentimiento nacionalista en el caso gallego, el nivel educativo, la situación laboral y la población de los municipios. De esta manera los resultados permitían resaltar dos hechos. Por un lado, que una parte de las diferencias observadas entre hábitats podía atribuirse a un efecto composición, de manera que el distinto comportamiento electoral, observado entre los diferentes entornos, vendría en parte justificado por las diferencias en cuanto a la edad, el nivel educativo, la situación laboral, la ideología y el sentimiento nacionalista de los habitantes de estos. Por otra parte, la población de los municipios también emergía como una variable significativa a la hora de explicar las variaciones observadas. En segundo lugar, el estudio del sentido del voto, mediante regresión multinomial, derivó en un modelo explicativo en el que las variables significativas eran recurrentes con las obtenidas al estudiar la participación electoral, de manera que se llegaba a las mismas conclusiones. El hecho de que, nuevamente, la variable hábitat de los municipios emergiera como significativa obligaba a presentar una explicación a este fenómeno. Una posible vía para ello, de acuerdo con las fuentes bibliográficas, podía ser la presencia de redes clientelares que, en los entornos rurales, permitirían fidelizar en mayor medida a una parte del electorado. De ser esto cierto, un elemento clave para el mantenimiento de estas redes deberían ser las alcaldías de los municipios rurales, puesto que las mismas permiten disponer de recursos e infraestructura para aplicar políticas particularistas. Por lo anterior, se procedió a realizar un estudio, en el caso gallego, de la influencia del poder local y, más concretamente, del hecho de ostentar las alcaldías municipales, en las elecciones de orden superior (Barreiro, 2021). Los datos obtenidos permitieron constatar, por una parte, que el gobierno municipal supone una ventaja en las elecciones celebradas en ámbitos territoriales mayores y, por otra, que este plus electoral, derivado del control del poder local, disminuye sistemáticamente a medida que aumenta la población de los municipios. Dicho de otra manera, los alcaldes rurales arrastran una parte significativa de votos, en las elecciones no municipales, a diferencia de lo que ocurre con sus homólogos de las grandes ciudades. Estos datos encajan dentro de un patrón clientelar, si tenemos en cuenta el marco teórico propuesto, lo que podría indicar que una parte del exceso de voto derivado del poder local, especialmente en los municipios rurales, podría atribuirse a este fenómeno. Pese a lo expuesto, aún podría sostenerse que las diferencias observadas vienen causadas principalmente, no tanto por la presencia de redes clientelares, sino por un supuesto carisma de los alcaldes que arrastran a una serie de electores a votar, en todo tipo de procesos, a los candidatos de su formación. En este punto debe señalarse que el clientelismo y el liderazgo carismático no son excluyentes, más bien pueden entenderse como fenómenos estrechamente ligados. Para Weber (2002) la aparición de clientelas era una consecuencia previsible de la dominación carismática. Este autor sostenía que este tipo de autoridad era, por sí misma, inestable, por lo que tanto en el caso del séquito carismático de un guerrero, como en el de un profeta, o en el de un artista, la forma de existencia del carisma queda abandonado a las condiciones de lo cotidiano y a los poderes que lo dominan, especialmente los intereses económicos. Este sería el momento crítico en el cual los secuaces o discípulos se convierten en comensales del señor distinguidos con derechos especiales. Por tanto, la teoría weberiana contempla la aparición de un séquito sostenido con incentivos selectivos como el curso previsible de este tipo de dominación. Pero el hecho de que un liderazgo se rodee de una serie de clientes ligados por ofertas de tipo particular no significa que el mismo abandone por completo las ofertas programáticas. De hecho, de la debida combinación de los dos tipos de ofertas deriva el éxito de este. Puesto que los recursos son siempre limitados el número de clientes necesariamente también lo es, por lo que está en el interés del líder unir a su causa cuantos más seguidores sea posible a través de una vinculación más emocional, la cual es menos costosa. De esta manera se puede concluir que el clientelismo y el carisma están estrechamente ligados, y la existencia del segundo, no solo no excluye la del primero, sino que aparece ligado al mismo. En este sentido los resultados presentados en este trabajo parecen indicar que en los entornos rurales las ofertas clientelares cobran mayor peso que las programáticas, lo que no implica que las reemplacen por completo. De lo anterior deriva lo que puede considerarse como la mayor aportación del presente trabajo. El clientelismo en el medio rural podría configurarse como la adaptación de los partidos a unos ciudadanos que, conscientes de la importancia de su voto para los líderes locales, debido a la reducida población de los municipios, tienen la posibilidad de actuar de una manera más racional que sus homólogos de las ciudades (Barreiro, 2021;2022: González, 2021). Esto puede considerarse como un giro en la línea académica predominante en el análisis de este fenómeno. El clientelismo ya no se configura como una perversión del sistema, sino como una adaptación de los ciudadanos al mismo en un intento de obtener un mayor beneficio. El patrón (cacique, alcalde, etc) emerge como un medio instrumental del que se sirve la clientela para la obtención de bienes a los que de otra manera, en la mayoría de los casos, no tendría acceso privilegiado, como pueden ser cargos públicos, puestos de funcionarios, contratos o licencias. Puesto que en los entornos rurales cada voto cuenta, cada individuo, cada familia, tiene importancia electoral, el alcalde, si quiere mantener el poder, debe ser capaz de atender una serie de demandas personalizadas de sus electores, que se transforman en clientes que intercambian los beneficios recibidos por su lealtad electoral. Por tanto, el clientelismo sería el fruto de una decisión racional de los votantes que intercambian su apoyo a cambio de beneficios directos a los que de otra manera no tendrían acceso. Como consecuencia de lo anterior, los partidos políticos, en busca de maximizar sus resultados electorales, se verían empujados a recurrir a una serie de políticas particularistas. Desde esta perspectiva el estudio del clientelismo pone el foco en las demandas de los electores, las cuales forzarían a las formaciones políticas a formular propuestas acordes con las mismas. Lo anterior, que se sitúa en la línea de la afirmación de González (2021) de que los votantes rurales con frecuencia actúan de manera más racional que sus homólogos de las ciudades, tiene una derivada en lo referente a la visión que en ocasiones se ha tenido desde el mundo académico del votante rural. En general, fruto de un cierto etnocentrismo proveniente de los entornos urbanitas, se ha perfilado a los habitantes de este medio como unos seres que, como consecuencia de un cierto atraso ancestral, eran incapaces de defender eficazmente sus intereses. De hecho, la visión del clientelismo rural que ha predominado en el mundo académico se ha vinculado a entornos marginados o atrasados (Pitt-Rivers, 1954; Moreno, 1999). En consecuencia, se contemplaba a los habitantes rurales como víctimas de unas redes clientelares que los atrapaban, puesto que la visión clásica del clientelismo se basaba en una relación entre desiguales en la cual el patrón podía obligar al cliente. Frente a esta visión, en este trabajo, se propone como alternativa otra, en la que este fenómeno sería el fruto de una decisión racional de los votantes que intercambian su apoyo a cambio de beneficios directos a los que de otra manera no tendrían acceso. En esta visión alternativa del clientelismo las raíces de este no se encuentran en una cierta desviación de determinados actores políticos, sino en una serie de condiciones estructurales que favorecen unos determinados comportamientos por parte de aquellos electores que buscan maximizar su beneficio personal. Por tanto, si el problema del clientelismo reside en determinados elementos del sistema, la solución a los mismos vendrá de la reforma de estos. De esta manera, puede presumirse que es posible limitar los efectos derivados de las políticas clientelares mediante una serie de cambios que reduzcan la posibilidad de los actores políticos de beneficiarse a través de estas. Puesto que se argumentó teóricamente que la existencia de las redes clientelares estaba ligada por una parte, a la disponibilidad de recursos y, por otra, a la existencia de espacios reducidos donde aplicarlos, una manera de limitar la formación y el alcance de las redes clientelares vendría dada por una serie de reformas que, por un lado, limiten los recursos públicos a los que pueden acceder y, por otro, aumenten el tamaño de los municipios, agrupando los mismos de manera que deban alcanzar un mínimo de población. Como se comprueba, en los municipios con una población superior a los 10.000 habitantes, el excedente de voto derivado del control de los municipios disminuye sensiblemente con respecto a los que tienen una población menor. Fijar, por ejemplo, en esta cifra la población mínima de los municipios supondría una merma en las políticas clientelares. Adicionalmente, la supresión del número de ayuntamientos permitiría una reducción del gasto, a la par que una mayor eficiencia en la gestión de los recursos públicos derivada de las economías de escala. Además, las nuevas tecnologías, junto a las mejores comunicaciones, deben permitir que la calidad de los servicios, así como la cercanía a los ciudadanos, no se vea afectada. El trabajo también muestra como las redes clientelares locales, una vez establecidas en un ámbito territorial, pueden agruparse con otras con el fin de controlar instituciones de ámbito superior. En este punto, los gobiernos de las diputaciones provinciales son un campo propicio para su extensión, en gran medida debido a la forma en que se constituyen estos. Los diputados provinciales que corresponden a cada partido político son elegidos, a nivel de partido judicial, entre y por los concejales de cada uno de ellos, los cuales son reclutados, en la mayoría de los casos, por los alcaldes. Es decir, estos median en la elección de los diputados provinciales y, por ende, en la elección del presidente de la institución. Un cambio normativo que estableciera la elección directa por los ciudadanos de los miembros de estos entes territoriales limitaría en gran medida el peso de los líderes locales. Este cambio, sin mayor complejidad electoral, supondría que, en las elecciones municipales, los electores además de mostrar su preferencia para el gobierno municipal lo harían para el provincial. Junto a estas dos medidas de reforma política, pueden formularse otras de carácter más administrativo que dificulten el acceso a los bienes públicos por parte de las redes clientelares. Por ejemplo, podría regularse que los procesos selectivos se llevasen a cabo de manera periódica y conjunta, para todas las entidades locales, por la comunidad autónoma correspondiente. Esto supondría que estas deberían comunicar sus necesidades de personal a la administración autonómica, la cual llevaría a cabo la selección. Esta reforma no supone ninguna merma en la autonomía local, puesto que tanto los ayuntamientos como las diputaciones serían libres de formular sus necesidades de personal. Adicionalmente, podría establecerse una adquisición centralizada de material a nivel de comunidad autónoma, de manera que, por un lado, se limite la posibilidad de otorgar este tipo de contrataciones arbitrariamente y, por otro, se abaraten costes debido al mayor volumen de las compras. Estas medidas no solo favorecerían un mejor funcionamiento democrático de las instituciones, sino también de las formaciones políticas ya que, al dificultar el acceso a los recursos públicos a las redes clientelares, se limitan los bienes que las alimentan, disminuyendo su expansión y, por tanto, su influencia en la vida interna de los partidos políticos. En definitiva, el trabajo presenta una visión alternativa del clientelismo que no solo facilita la interpretación de determinados fenómenos electorales, sino que ofrece la posibilidad de plantear cambios normativos que limiten sus efectos en el medio rural. Para finalizar, el desarrollo de la metodología y de los indicadores desarrollados abren el camino a poder establecer comparaciones de la influencia del poder local, en las elecciones no municipales, entre diversos territorios y periodos temporales.