La construcción ecléctica de las novelas de Álvaro Pombo

  1. Liang, Jiayi
Dirixida por:
  1. Eduardo Pérez-Rasilla Bayo Director

Universidade de defensa: Universidad Carlos III de Madrid

Fecha de defensa: 25 de marzo de 2022

Tribunal:
  1. Epicteto José Díaz Navarro Presidente/a
  2. Manuel Ángel Candelas Colodrón Secretario
  3. Lucía López Rubio Vogal

Tipo: Tese

Resumo

La presente tesis doctoral se enfoca en las obras novelescas de Álvaro Pombo, que constituyen un ejemplar para investigar la construcción narrativa ecléctica, en lo cual reside principalmente el valor académico de sí mismas. En la crítica de la literatura, el eclecticismo no ha sido referenciado tanto como en otras disciplinas artísticas. Además, existe bastante controversia sobre el concepto, puesto que algunos críticos y autores lo toman como un concepto negativo, que supone “la falta de originalidad”. No obstante, si nos fijamos en la intención original del “eclectico”, que es escoger y conciliar varios elementos para presentar un tipo de mezcla, no sugiere necesariamente una expresión peyorativa. En muchas ocasiones, el artista ecléctico no es el que pierde la originalidad sino el que puede generar obras novedosas. A base del rasgo de síntesis que ostenta la novela como modalidad literaria, Álvaro Pombo procura buscar un carácter ecléctico en la construcción de su psicología-ficción, valiéndose de una actitud abierta y ambiciosa, los amplios conocimientos que tiene en variadas ramas de las humanidades, y la rica experiencia que ha adquirido a lo largo de su vida. La metodología que aplicaremos remite a una variedad de teorías narratológicas, entre las cuales destaca El texto narrativo de Antonio Garrido Domínguez, que sirve como un marco teórico para estructurar la tesis y ensamblar los cinco objetos básicos de nuestra investigación: las voces narrativas, el personaje, el espacio, el tiempo narrativo, la estilística. Antes de acercarnos al primer objeto mencionado, las voces narrativas, es imprescindible conocer la vida del novelista puesto que, por un lado, cabe aclarar la posible confusión entre la noción del narrador y el autor de una obra novelesca; por otro lado, aquella cuenta con un patente rasgo autorreferencial a pesar de la intervención de la ficción. Álvaro Pombo nació el 23 de junio de 1939 en una familia burguesa de Santander. De pequeño mostraba su don de contar y escribir. Posteriormente se graduó en Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid (actual Universidad Complutense). A los veintiséis años emprendió un exilio voluntario a Londres, donde pasó doce años, A finales de 1977, cuando terminó la censura del franquismo y se inició la Transición Española, regresó a su patria para publicar sus libros escritos, así como desarrollar su futuro proyecto literario. Siendo un autor diligente y prolífico, Pombo ha publicado veinticuatro obras narrativas hasta el momento de la redacción de esta tesis (2018), muchas de las cuales han ganado importantes premios literarios españoles, a saber, El metro de platino iridiado, Donde las mujeres, La fortuna de Matilda Turpin, El temblor del héroe fueron galardonadas con el Premio Nacional de la Crítica en 1990, el Premio Nacional de Narrativa en 1997, el Premio Planeta en 2006 y el Premio Nadal en 2012 respectivamente. Según los críticos como Domingo Ródenas de Moya y el novelista mismo, se puede dividir la narrativa pombiana en tres ciclos. El primer ciclo “la falta de sustancia”, que empieza por la primera obra narrativa pombiana Relatos sobre la falta de sustancia (1977) y cierra con Los delitos insignificantes (1986). El segundo ciclo, llamado “el ciclo de la sustancia”, “de la ética” o “de la realidad” inicia con El metro de platino iridiado (1990) y se termina con Una ventana al norte (2004). En cuanto al tercer ciclo, que no está claramente definido, existen divergencias entre críticos, si bien consideramos que la tercera etapa de Pombo, cuyo inicio no resulta muy preciso, es consecuencia de una consolidación de los dos ciclos anteriores, a través de un énfasis reiterado en motivos como “la sustancia”, “lo ético”, “lo psicológico” y “lo religioso”. Después de presentar la vida polifacética y el panorama de las obras novelescas de Pombo, quien constituye la voz exterior de sus novelas, nos adentramos en las voces narrativas, que remiten a la figura de los narradores. A la hora de contar las historias, Pombo recurre principalmente al narrador en tercera persona y al narrador en primera persona. Ambos cuentan con sus respectivos subgéneros, que pueden ser ejemplificados en sus diferentes novelas. Entre ellos, el narrador omnisapiente ofrece una visión global con un tono objetivo e informativo y goza del derecho a manipular otros elementos narrativos tales como el tiempo y espacio; el narrador con, la falsa tercera persona y el narrador-protagonista, que narran desde una visión subjetiva que se une a la del personaje, sirven de gran ayuda para investigar el mundo interior de los personajes; el narrador-personaje secundario está marcado por una subjetividad que se acerca más al lector. Asimismo, se encuentra una mezcla de varios tipos de narradores de manera directa o indirecta en una misma obra. La primera de estas maneras representa una de las características más distintivas de Pombo. Aunque el cambio de narradores sin señal previa corre el riesgo de causar confusión, a su vez, puede romper la regularidad de la narración del mismo narrador, causando cierta sorpresa en los lectores. A la hora de realizar la mezcla indirecta, el novelista se vale de recursos literarios como cartas y diarios, lo que enriquece y dinamiza la construcción de su mundo novelesco. Ambas maneras de mezclar los diferentes narradores en sus novelas proporcionan una diversidad de perspectivas, lo que evita una monotonía en el relato. Asimismo, este rasgo polifónico que presentan algunas novelas pombianas como Quédate con nosotros, Señor, porque atardece (2013) y La casa del reloj (2016) puede conducir a cierta objetividad, al proporcionar a los lectores un margen para reflexionar sobre las diferentes dimensiones de la misma cuestión planteada por el autor. El segundo objeto de la tesis consiste en los personajes, cuya construcción está marcada por una actitud ecléctica que se basa tanto en la mímesis como en la función estructural. La primera se refleja en los cinco mundos estrechamente asociados a las experiencias personales de Pombo en los cuales cobran gran protagonismo las figuras infantiles, las figuras familiares, las figuras homosexuales y las figuras intelectuales respectivamente. Esto añade un tinte biográfico y autobiográfico a su narrativa. Además de esta actitud realista de Pombo en su búsqueda de fuentes de inspiración, el enfoque psicológico es otro pilar fundamental para la construcción mimética de los personajes. En tal caso, son el carácter y los movimientos mentales de estos últimos los que sirven de hilo conductor al argumento. Al mismo tiempo, Pombo también otorga determinadas funciones estructurales de los personajes en la trama que acaban influyendo en su carácter, lo que remite a la otra táctica de Pombo para crear personajes. Teniendo en consideración los tipos de trama en los que actúan estos últimos, las funciones estructurales se dividen en las cardinales (o núcleos) y las catálisis. Las primeras se cumplen en los acontecimientos principales donde participan los héroes y los antihéroes. Pombo pone pruebas de voluntad a sus héroes como a María en El metro de platino iridiado (1990) y a Paco Allende en Contra natura (2005), a fin de destacar las virtudes éticas de ellos, mientras que traza fechorías para los antihéroes como Juanjo Garnacho en Contra natura (2005) y Ubaldo Zamacois en Una ventana al norte (2004). Por su parte, las funciones de catálisis, que repercuten en los personajes secundarios como Teresa en Los delitos insignificantes (1986) o Eulogia en La casa del reloj (2016), consisten en introducir o enlazar las historias principales complementando el espacio dejado por estas. Por consiguiente, la verosimilitud que Pombo pone de relieve en la creación de personajes se establece en una base tanto mimética como estructural, lo que permite que la psicología-ficción de Pombo difiere de un puro flujo de conciencia y mantenga una tensión dramática que enganche y cautive a los lectores. En la construcción de los personajes pombianos, el espacio sirve de aporte fundamental, de ahí que se trate del tercer objeto de este trabajo. A nivel exterior, el espacio físico proporciona un escenario donde se sitúan los personajes. Santander, la población natal de Pombo, y Madrid, donde lleva años viviendo y trabajando, constituyen las dos ciudades más recurrentes en las novelas de todos sus tres ciclos. No obstante, no es difícil percibir el intento de ampliar el elenco de loci del novelista, quien agrega otras ciudades como escenarios secundarios además de Madrid y Santander, tales como Londres y San Salvador en El cielo raso (2001) y Ciudad de México en Una ventana al Norte (2004). En La cuadratura del círculo (1999) y Quédate con nosotros, Señor, porque atardece (2013), Pombo realiza un cambio radical de fondo de las historias, abandonando sus dos ciudades predilectas y llevando a sus personajes a una serie de ciudades de la Francia del siglo XII, así como a la Granada del siglo XXI. A fin de buscar una verosimilitud espacial, Pomo siempre realiza un estudio exhaustivo cuando necesita abordar una ciudad poco familiar. Además de los rasgos geográficos de la narrativa pombiana, hemos visto los espacios concretos que incluyen el espacio cerrado como las habitaciones de la casa, el espacio abierto como el mar y el campo, y por último, el espacio semiabierto como la terraza y la cuerva. Basándonos en los espacios físicos, hemos ahondado en el significado poético que ellos implican, a saber, las simbolizaciones de la casa y las ciudades. La primera puede suponer un cobijo tanto positivo como negativo para diferentes personajes, y un espacio opresor dominado por el poder femenino o masculino. En cuanto a las ciudades, nos hemos enfocado en la imagen de Madrid y Santander. La capital, siendo un mundo cosmopolita, destaca por sus valores cronotópicos en los encuentros homosexuales de Los delitos insignificantes (1986) y Contra natura (2005). Las calles madrileñas se presentan como una metáfora de la soledad en Los delitos insignificantes (1986) y El metro de platino iridiado (1990). Como ciudad costera, Santander cuenta con variados paisajes marítimos, que remiten al mundo interior de los personajes. El mar, en Donde las mujeres (1996), simboliza el poder familiar que cautiva a la narradora, mientras que en Una ventana al norte (2004) figura la libertad y el romanticismo que anhela Isabel de la Hoz. Asimismo, la lluvia y el viento son símbolos de su espíritu vigoroso y rebelde. En Virginia o el interior del mundo (2009), la lluvia sigue siendo dotada de un poder vivificante para la protagonista, Virginia, quien cae en un ensimismamiento extremo, simbolizado por el lago de su finca, que finalmente la conduce a su autodestrucción. Después, en La fortuna de Matilda Turpin (2006), Pombo se vale del color místico de la cueva, donde se genera un espacio de intriga que Juan Campos urde para su nuera Angélica. Consiguientemente, la construcción ecléctica del espacio de la narrativa pombiana se realiza desde una perspectiva fenomenológica, que consiste en investigar la conciencia a través de la apariencia. Bajo la influencia recíproca entre estas dos, se establece el espacio existencial de los personajes. A la hora de estudiar el cuatro objeto de la tesis, el tiempo narrativo de las novelas pombianas, también partimos de sus dos facetas: el tiempo externo (histórico) y el tiempo interno, tal y como el caso del espacio. A pesar del esfuerzo que hace Pombo por la innovación del tiempo histórico en La cuadratura del círculo (1999), se nota que tiende a ambientar sus novelas en las épocas con las que está más familiarizado, como el silgo XX y el siglo XXI, puesto que trata de reflexionar sobre los problemas sociales y psicológicos que cambian con el tiempo pero nunca desaparecen, por ejemplo, la represión que sufrió la homosexualidad durante el franquismo y su posterior trivialización en la democracia española. En cuanto al tiempo interno en la narrativa pombiana, este está marcado por la anacronía, que se divide en las analepsis (las externas y las internas) y las prolepsis internas (las externas y las internas). Por medio del uso preponderante de las primeras, Pombo consigue mezclar diferentes tiempos externos, uniendo la realidad con las memorias, lo que se halla sobre todo en sus novelas publicadas a partir del nuevo milenio como Contra natura (2005), La fortuna de Matilda Turpin (2006), La previa muerte del lugarteniente Aloof (2009) y La casa del reloj (2016). El último bloque del cuerpo de la tesis aborda la estilística, que siempre ha sido un objeto de estudio de vital importancia en la investigación sobre la novela pombiana. Pombo cuida con esmero su lenguaje, procurando la adecuación de este a otros elementos novelescos. Esta actitud realista del novelista repercute en el rasgo mimético de su lenguaje, que, a su vez, se manifiesta en cuatro aspectos principales, fruto de nuestra investigación: la oralidad, el detallismo, el color paródico y el tinte filosófico. Pombo presta especial atención a la lengua hablada, ya que considera que esta forma parte importante de la lengua castellana. En sus novelas se encuentra un uso profuso de registros lingüísticos como muletillas, modismos, diminutivos y superlativos, que aportan naturalidad y musicalidad al habla de los personajes. Además, las lenguas extranjeras y neologismos cumplen una función mimética a la vez que enriquecen la expresividad del narrador. Para crear un mundo verosímil, Pombo también recurre a descripciones detalladas, que van ligadas a acciones y objetos cotidianos, así como a nombres comerciales, que resultan ser un trasunto de este mundo consumista que nos rodea. Esta pincelada realista de Pombo no lleva a un lenguaje insípido que aburra a los lectores, gracias a la agregación de la parodia, que reside en la imitación burlesca de la caracterización de los personajes y que nos trasmite un sentido de humor ameno e ingenioso, muy propio de Pombo. El último aspecto del lenguaje mimético es el tinte filosófico, cuya función gira en torno a cuatro niveles: el ornamental, el formal, el epistemológico y el crítico, según Marcos Eymar Benedicto. A ojos de Pombo, la aplicación de la filosofía es una estrategia narrativa, que fortalece tanto la profundidad como la atracción del texto. Amén del rasgo mimético, la estilística de las novelas pombianas también está marcada por el retoricismo, consistente en el pleonasmo, lo metafórico y la plétora adjetival, que no solo contribuyen a una exquisitez en la forma de contar, sino que también aluden a ciertos pensamientos relevantes del novelista, por ejemplo, la búsqueda de la sustancia, así como el combate entre el racionalismo y romanticismo. En una palabra, esta combinación plena de lenguaje mimético y retoricismo determina el carácter ecléctico de una estilística peculiar de Pombo. En los cinco elementos narrativos referidos, Pombo consigue una fusión armónica en la que encontramos una variedad de narradores, espacios y tiempos, un entrecruzamiento de observación objetiva e introspección psicológica, así como excelentes acordes con distintos colores: lo mimético, lo poético, lo técnico, lo humorístico, lo filosófico, etc. A través del eclecticismo que no es un “ciego sincretismo” ni una pérdida de creatividad, Pombo logra construir un mundo propio, un universo caleidoscópico, en el que no para de crear nuevas posibilidades y sorpresas, así como realiza una profunda investigación de la naturaleza humana con su mirada perspicaz. El encanto de la ingeniosa construcción de la narrativa pombiana, que ilumina y fascina perpetuamente a los lectores, también la dota de un valor significativo en cuanto a los aspectos artísticos, ideológicos y sociales.