Mapeados. Registro de la superficie del mundo y experiencia geovivencial

Zusammenfassung

Comenzamos nuestra investigación en el siglo VIII, en los albores de un Occidente que se adjudica un pasado remoto mediante su acoplamiento al texto veterotestamentario. Las referencias a la Antigüedad serán escasas, por rebosar las capacidades de un estudio que ya de por sí abarca un arco temporal demasiado extenso, hallándose además difuminada y revisitada en el mismo objeto investigado. Por otro lado, la nostalgia infinita por una antiquísima pérdida que nace a la par de la conformación de su modelo es material más que suficiente para arrancar con la intensidad necesaria la presente investigación, desde el uso de los mapas de Beatos como guías para la peregrinatio in stabilitate, emplazados en un mundo donde el Edén era un espacio físico y accesible y encerrados en un espacio tiempo cerrado sobre la historia sagrada, hasta el pliegue del renacimiento y el fin de la cosmovisión medieval, encarnado en un mapa de Fra Mauro en el que el Edén se fuga al margen cartográfico donde, sostenemos, se encuentra una de las fuentes del paisaje. Nuestro enfoque del Renacimiento es el de un movimiento hacia el Barroco, criterio fundado en la redirección de un mundo pintado, antiguamente inscrito en el mapa, hacia sus márgenes y más allá, al nacimiento del paisaje, en una serie de estrategias que delatan la búsqueda de una identidad propia. Así el mapa comenzará a tomar la forma del plano cartográfico, un desarrollo técnico útil para orientarse en el espacio, fundamental en la planificación geopolítica del reciente estado absolutista, mientras que la imagen idiosincrática del mundo, la representación de diversos modelos espaciales en los que proyectarnos, comenzará a expresarse en otro tipo de mapeados. La conquista de la similitud y el nacimiento del tiempo libre permitirá a los pueblos del norte recrearse en la autonomía visual del territorio que los circunda, asistiendo, como maestros cartógrafos, a la fuga del paisaje desde los márgenes del mapa al trabajo corográfico y de este a su propio género pictórico. Se refinará la ideación del espacio, legitimado por el uso de la cámara oscura más que por los sistemas proyectivos de representación espacial, imponiéndose la lente como medio para interpretar el mundo e imagen del mundo mismo. Los modelos de proyección geovivencial buscarán de manera instintiva la escala 1:1 y la envolvente visual. El nacimiento del panorama, cuyo origen se puede rastrear en la historia misma de la pintura mural, apostará con decisión por la experiencia inmersiva, definiendo los objetivos de los sistemas de entretenimiento de masas de la era industrial. La revolución audiovisual se hibridará con la industria bélica para disparar las necesidades de un sistema dinámico de observación y ocultación que conducirá por fin a un mundo pintado. La capacidad para abarcar toda la superficie terrestre se expresará a lo largo del siglo XX en una escalada cartográfica que barrerá, uno tras otro, los límites de la imagen del mundo. Creemos que el tan anhelado mapeado absoluto, la restauración, alcanzará la escala 1:1 en un registro de datos que funcionará como una potencial extensión de nuestra actividad mental, siendo posible la superposición del plano punto por punto a toda la extensión de la tierra en base a la conquista de un grado cero de trabajo autosugestivo. A tal efecto, formulamos un equilibrio de fuerzas que subyace a lo largo de toda la tesis: El aligeramiento de los trabajos de autosugestión requeridos al usuario del mapeado será directamente proporcional a la evolución del dispositivo y a su completud técnica a medida que avanza el abatimiento del plano. Cuando el monje, armado con un esquema del orbe, se lanzaba al peregrinaje estático, necesitaba activar un densísimo trabajo de autosugestión. Cuando el usuario de Street View camine por las calles de Jerusalén dispondrá de una herramienta tal que, para lograr el mismo objetivo, empleando los mismos canales, precise un trabajo mucho menor. Cuando el abatimiento termine, nos encontraremos ante un ecosistema en el que una virtualidad absoluta nos permitirá acceder al plano-mundo desde el grado cero. A las puertas de ese fenómeno daremos por concluida la investigación.